El Día Internacional de la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo se conmemora cada 12 de julio, y su finalidad es visibilidad que estas tormentas afectan a las personas a nivel mundial.
Según un artículo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), titulado: «Las tormentas de arena causan peores estragos en las comunidades desérticas debido al cambio climático», unas 330 millones de personas se ven afectadas por ellas en todo el mundo, desde el África subsahariana hasta el norte de China y Australia.
Asimismo, la ONU señala que las partículas de polvo en suspensión también presentan serios riesgos para la salud humana. Aproximadamente el 40 % de los aerosoles en los más bajos niveles de la atmósfera están compuestos por partículas de polvo transportadas por el viento. Cuando estas partículas ingresan en el sistema respiratorio, pueden causar enfermedades como asma y neumonía.
En 2023, la Asamblea General de Naciones Unidas acordó dedicar el decenio entre 2025 y 2034 a la «Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo», con miras hacerle frente a los efectos de esos fenómenos.
Se atribuye que este tipo de fenómenos meteorológicos tienen mayor incidencia por el calentamiento global y el cambio climático.